jueves, 10 de julio de 2008

EL DÍA EN QUE LA FELICIDAD NOS HIZO FELICES


¿Qué es la fe-li-ci-dad? ¿Somos seres felices por el sólo hecho de pedir prestada en este momento esa perseguida palabra de mucha luz que suele llegar e irse sin decir nada? ¿La felicidad es algo racional o más bien nace, se desarrolla y muere en brazos de nuestra imaginación?

 

elmundodearturo cada día observa esta ansiada palabra que se rodea de una oscura claridad, cómo si esta misma oscuridad por el simple hecho de ser acompañante se hiciera importante y no dejara ni siquiera que nos acerquemos a reconocer ni mucho menos conocer por mucho tiempo, lo que es felicidad y como poder asociarnos de una forma u otra a ella.

 

Hay realidades paralelas que hablan de días felices y amores eternos, de historias con inicios casuales y finales para casi siempre, pero ¿qué pasa cuando buscamos la felicidad? ¿Dónde debemos buscarla? ¿Algún día ella nos busca a nosotros? Creo que si, que la base de la vida es la felicidad y la muerte y que la base de la muerte es la vida y la felicidad por haber vivido.

 

Tomemos el caso de una vida cualquiera, esa que de niño soñaba con ser feliz cuando grande, que imaginaba hacer cosas importantes y dejar un legado en esta seca tierra,… Pero  ¿Qué pasó en el camino?, ¿Fuiste feliz como pensabas? O tal vez, te amargaste por no hacer lo que los otros pudieron hacer, te mentiste a ti mismo cuando la verdad era mucho más dolorosa pero trascendente para tu ser, te hiciste el sordo cuando debías haberte hecho el ciego, y te hiciste el ciego cuando cuando debiste ver que pasaba y no anclarte mudo en el pasado que ya no volverá aunque le escribas mensajes de textos.

 

La felicidad es controvertida pero no tanto como nuestras vidas: él es feliz con eso, pero yo no. Para ella la felicidad es un medio, para mi un fin.

Somos distintos, pero nuestra felicidad es la misma: Autorrealización.

La felicidad está en ti y lo mejor y más obvio de todo es el hecho de que tú estás en ti.

 

elmundodearturo no pretende crear nuevas leyes ni conceptos, tan sólo gira en tu propio eje, para descubrir y observar nuestra propia felicidad trascendente, esa realidad interna que nos hace plenos y armónicos y que implante en los habitantes de este mundo tan imaginario como real, un deber intranzable, que nos hará respirar distinto, el deber simple y necesario de comenzar a ser seres felices.

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